Según un estudio del CIS nueve de cada diez personas creen que hay un mal uso de los fondos públicos, ya que, que pagamos muchos impuestos para los servicios públicos que realmente percibimos.
¿Se recaudan demasiados impuestos?
El último estudio anual «Opinión Pública y Política Fiscal» del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) lo muestra claramente; Este refleja que solo el 5,5% de los ciudadanos cree que obtiene del Estado más de lo que paga mientras que el 58,6% de los encuestados afirma que la sociedad en su conjunto «casi no» se beneficia de todo lo que hay en el erario público.
Con estos datos sobre la mesa, está claro que los ciudadanos tienen una visión bastante pesimista sobre la fiscalidad en España.
La realidad es que España recauda menos por impuestos y cotizaciones sociales que la media de los países de la Unión Europea, pero ¿Cómo puede ser si España presenta unos tipos impositivos que son de media más elevados que los de la zona euro? La respuesta está en las deducciones fiscales, los tipos reducidos del IVA y la economía sumergida.
Para lograr una mayor recaudación no parece que sea necesario subir los impuestos, simplemente valdría con rediseñar el sistema tributario y redefinir la cantidad de deducciones que reducen el tipo impositivo real que se paga. La cuestión es que para ello la sociedad necesita ver sus esfuerzos traducidos en una mejora real de los servicios públicos que percibe o en ayudas que estén realmente a su alcance y no vayan dirigidas solamente al colectivo conocido como “especialmente vulnerable”.
La economía sumergida en España
Otro gran problema que afecta de manera directa a la recaudación en España y por lo que acaban pagando justos por pecadores, es la economía sumergida o dicho de otra manera, el fraude fiscal. Un informe del Fondo Monetario Internacional del año 2019 indica que la economía sumergida en nuestro país alcanza el 20% del PIB nacional. Si toda esa economía aflorara, la recaudación podría incrementarse notablemente sin necesidad de acudir a lo mismo de siempre que es subir los impuestos a los que ya los pagan.
Respecto a la existencia de fraude fiscal en la encuesta del CIS, el 45,5% de las personas respondió que había «mucho» fraude fiscal y el 45,9% dijo que había «bastante». Otro dato del estudio refleja la falta de confianza de los ciudadanos en la capacidad del gobierno para resolver este problema, de hecho el el 45,7% de los ciudadanos dijo que había hecho «muy poco esfuerzo» en la lucha contra este problema pese a que el 10 de julio de 2021 aprobó la Ley 11/2021, de Medidas para Prevenir y Combatir el Fraude Fiscal que incluía novedades importantes en el impuesto sobre la renta y el patrimonio, el impuesto sobre transmisiones
patrimoniales, el impuesto sobre sucesiones y donaciones, el impuesto sobre sociedades y los procedimientos fiscales.
La malversación de fondos públicos
Otro gran problema que tiene nuestro país es la malversación de los fondos públicos por parte de los políticos. La malversación es un delito especial de apropiación indebida del patrimonio público o administración desleal del mismo, que solo puede comerse por una autoridad o funcionario público. Es un mal endémico de muchos países europeos, pero del nuestro especialmente
La privatización de servicios públicos y la falta de regulación de los mecanismos externos de control de las empresas privadas que prestan estos servicios facilita la corrupción de quien tiene el poder en ese ámbito concreto.
Un síntoma de corrupción es la evaluación de la calidad de la obra pública realizada o de los servicios públicos prestados a los ciudadanos ya que en muchas ocasiones se realizan en unas condiciones que están muy por debajo de lo acordado y lo pagado por la gente en sus impuestos. Ha habido casos en los tales servicios no han llegado a existir en realidad, siendo sólo una excusa formal para apropiarse indebidamente de los fondos públicos.
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