La realidad es que la conciliación de la vida familiar y laboral sigue siendo todo un reto para todos. Históricamente las empresas han sido dirigidas por personas donde no fue prevista la suspensión del contrato por maternidad o paternidad como una necesidad vital de sus trabajadores. No obstante, la incorporación de la mujer al trabajo y la mayor implicación del hombre en las tareas domésticas y familiares, ha puesto de relieve la necesidad de conciliar trabajo y familia, aunque aún queda un largo camino por recorrer.
Las nuevas tecnologías han contribuido a perfeccionar y agilizar los procesos de trabajo, ayudándonos a ahorrar una cantidad ingente de tiempo, pero la jornada laboral siguen siendo maratonianas, ¿cuál es la razón? La realidad es que las empresas para ser cada vez más competitivas, se marcan objetivos más ambiciosos y asignan para ello recursos humanos insuficientes, ahorrando así costes y aumentando por tanto beneficios. En consecuencia, el personal que quiere permanecer y promocionar, acaba realizando horas extras sistemáticamente, en la oficina o en casa, sin tener una remuneración adicional por ello. Como la oferta de profesionales con alto nivel de formación hoy día es tan amplia, la persona que no aporte ese nivel de disponibilidad porque decida crear una familia o tenga un familiar dependiente del que ocuparse, queda relegado, debiendo renunciar a sus oportunidades de promoción profesional.
Hoy en día las que suelen renunciar a una carrera profesional de éxito para ocuparse de su familia son en su mayoría mujeres, y normalmente lo hacen de forma voluntaria, pero ¿por qué hay que elegir entre trabajo y familia?, y ¿qué hay de los hombres que también quieren conciliar? Una conciliación laboral y familiar real, no se reduce a poder coger un día cuando un hijo está malo o trabajar desde casa de forma excepcional. Conciliar es trabajar para vivir y no vivir para trabajar y esto es algo que muchos hombres de hoy en día también anhelan.
Es una necesidad vital y social que afecta también a la natalidad, ya que mucha gente renuncia a la maternidad/paternidad o retrasa ese momento por los sacrificios profesionales que supondría. Conciliar es ajustar las plantillas a los objetivos marcados sin necesidad de sobrecargar a los trabajadores, implementar jornadas semanales con horarios flexibles, ofrecer un teletrabajo real y efectivo, y no sancionar profesionalmente a las personas que opten por la reducción de jornada por guarda legal, sabiendo que pueden seguir siendo productivas.
Esta labor es responsabilidad de todos, cada uno en su ámbito, para que todos podamos disfrutar de nuestra profesión sin renunciar a nuestra vida.
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