El Gobierno ha anunciado la publicación del Real Decreto Ley para que la mascarilla deje de ser obligatoria en interiores a partir del 20 de abril de 2022. Dicha medida entrará en vigor el mismo día de su publicación.
No obstante, el uso de mascarilla en interiores seguirá siendo obligatorio en tres supuestos:
– Trabajadores y visitantes de centros asistenciales y sociosanitarios
– Personas ingresadas cuando estén en espacios compartidos fuera de su habitación
– En los medios de transporte
Para el resto de las situaciones la mascarilla en espacios cerrados pasa a ser una recomendación sobre todo cuando se trate de lugares muy transitados como centros comerciales, supermercados, pequeño comercio, etc. o lugares en los que pueda haber aglomeraciones de personas como los conciertos, salas de cine o de teatro, donde no pueda respetarse la distancia interpersonal de un metro y medio y/o no pueda garantizarse una ventilación adecuada del espacio.
En el ámbito escolar concretamente, se aconseja dejar de utilizar la mascarilla por parte de los alumnos, pero se sigue recomendando su uso al profesorado o alumnado que pueda tener factores de vulnerabilidad. Los expertos en salud pública están de acuerdo en que los mandatos de uso de mascarilla en la escuela no deberían durar para siempre ya que de alguna manera dificulta la comunicación y el desarrollo social, pero difieren en cuanto a si ha llegado el momento de eliminarlos.
La realidad es que los niños apenas han tenido síntomas graves, estén o no vacunados, y en cambio han tenido que soportar serias restricciones para proteger a los adultos por lo que, si gran parte del mundo empieza a eliminar restricciones, hay que tenerles en cuenta a ellos. Además, puede que las mascarillas impidan la transmisión en la propia aula, pero los niños interactúan fuera del horario escolar.
Respecto a los espacios cerrados de uso público en general el Ministerio de Sanidad hace un llamamiento al uso responsable de la mascarilla y estudia dejar en manos de cada empresa establecer o no su obligatoriedad ya que esto podría generar confusión. No obstante, si en el negocio el uso de la mascarilla fuera opcional, habría que tener en cuenta el espacio, las multitudes, el flujo de aire, ver si uno puede crear su propio espacio de separación, etc. pero en todo caso se trataría de una decisión personal.
En cuanto al entorno familiar, reuniones de amigos y celebraciones privadas, se sigue aconsejando su uso de manera responsable y siempre intentando proteger a la población más vulnerable.
Los expertos sanitarios recomiendan seguir usando la mascarilla a las personas con factores de vulnerabilidad como los inmunodeprimidos o las personas con patologías previas y a los mayores de 60 años en general siempre que puedan tener contacto prolongado con otras personas donde no pueda respetarse la distancia mínima de seguridad.
De hecho, el fin de la medida obligatoria no significa que los trabajadores no puedan acudir a sus puestos de trabajo con mascarilla o seguir poniéndosela en espacios cerrados de uso público por lo que los ciudadanos serán libres de seguir poniéndosela si lo consideran necesario.
Lo normal es que empresas y la sociedad en general vaya volviendo poco a poco a la normalidad en la que nos encontrábamos antes de la pandemia respecto al uso de mascarilla en interior. Esto debe hacerse teniendo en cuenta la realidad epidemiológica del momento y siguiendo las recomendaciones de los expertos, pero también con miras al futuro y poniendo en la balanza las repercusiones psicológicas que la pandemia y sus restricciones ha tenido sobre las personas. Hay gente dispuesta sobre los ciudadanos a aceptar un poco de riesgo para obtener un poco de nueva normalidad.
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