Terminan las vacaciones, empieza el nuevo curso escolar, volvemos al trabajo y toca planificar lo que está por venir. Nuevas estrategias, nuevos objetivos, revisión de presupuestos y nueva legislación sobre el trabajo a distancia.
Si hay algo que sabemos que no volverá a ser igual es el trabajo tal y como lo teníamos planteado. No sabemos si será para mejor o para peor, pero seguro que será diferente.
La cuestión es que modelos productivos diferentes requieren de una regulación específica y por ello se aprobó la Ley 10/2021 de 9 de julio de trabajo a distancia que entró en vigor el 11 de julio de 2021.
Veamos cómo la nueva legislación afectará a la forma de trabajar de pequeñas y grandes empresas.
¿Es lo mismo trabajo a distancia que teletrabajo?
No, pese a que en ambos casos la prestación de servicios se desempeña fuera del centro de trabajo.
El teletrabajo suele ser ocasional y se basa en el uso exclusivo o prevalente de softwares, herramientas tecnológicas y de telecomunicación. Además, la persona que teletrabaja suele hacerlo desde su domicilio o desde un espacio alejado de la sede de la empresa asignado por el mismo empresario sin que esta decisión sea libre por parte del empleado. En el teletrabajo el empleado debe estar conectado a la oficina a través de sistemas tecnológicos y el empresario tiene derecho a controlar la prestación de servicios a través de softwares de vigilancia empresarial o el registro de la jornada laboral.
El trabajo a distancia no suele ser ocasional y no se basa exclusivamente en el uso de herramientas tecnológicas. En este caso la prestación de servicios se basa en la consecución de una serie de objetivos y no tanto en el cumplimiento de una jornada laboral “al uso” por lo que la vigilancia del empresario en este caso es menor. Además, la persona que trabaja a distancia tiene la opción de elegir libremente el lugar desde donde se ejecuta la actividad laboral (su casa o cualquier otro lugar).
¿Qué opciones se plantean grandes y pequeñas empresas?
Como regla general: las multinacionales y grandes empresas optarán por el modelo híbrido de trabajo presencial y el teletrabajo. Las PYMES se espera que vuelvan a la actividad presencial.
Empresas como Telefónica, Vodafone o IBM ya tienen políticas que apuestan por el teletrabajo o el modelo híbrido. Vodafone, por ejemplo, apuesta por un 40% de la jornada en presencial y un 60% en remoto.
Si bien las grandes empresas se lo pueden permitir, este no es el caso de las PYMES, que representan el 95% del tejido empresarial de nuestro país. Para ellas, el desarrollo de herramientas tecnológicas y de telecomunicación que permitan una correcta prestación de servicios y la compensación por los gastos de los que habla la ley cuando el empleado trabaja fuera de la oficina es uno de los principales impedimentos.
En este sentido muchas empresas estudian la posibilidad de ajustar el salario en relación a conceptos como el “plus transporte” cuando el empleado ya no necesita desplazarse a la oficina o lo hace con menos frecuencia.
Según un estudio realizado por EY para El País:
– El 55% de los encuestados preferiría que su salario se ajustara a los niveles del lugar donde se presta servicios siempre y cuando que se les permitiera trabajar desde cualquier lugar.
– El 38% preferiría que no hubiera cambios en su salario base mientras vivieran a una distancia que les permitiera desplazarse a diario a la oficina.
Estos datos parecen indicar es que los trabajadores podrían estar dispuestos a sacrificar salario por bienestar.
¿Cómo afecta el teletrabajo o el trabajo a distancia a la captación del talento?
En sectores tan competitivos y con falta de candidatos como son la programación, la gestión de “big data” o la ciberseguridad, el teletrabajo o trabajo a distancia es ya un requisito por parte de los empleados.
En otros, sin embargo, la posibilidad de teletrabajar es siempre un incentivo, aunque no todos los empleados lo valoran tan positivamente. Hay empleados que valoran el contacto presencial con sus compañeros y que necesitan tener reuniones que no sean sólo a través de la pantalla del ordenador. Además, se ha visto como el teletrabajo cuando se tiene hijos menores en casa ha sido muy difícil de realizar.
Cada empresa es un mundo, pero lo que está claro es que dar la opción de trabajar en remoto, híbrido o presencial con la suficiente flexibilidad traerá muchas ventajas y esto a su vez muchos retos.
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