En España, el debate sobre la duración y la calidad del tiempo de descanso en el trabajo es un tema recurrente que refleja la búsqueda constante de un equilibrio entre la productividad laboral y el bienestar del trabajador. En un mundo donde el auge del teletrabajo y el uso de las nuevas tecnologías han contribuido a borrar las fronteras entre el tiempo de trabajo y la vida personal, comprender cuánto tiempo de descanso se puede tomar el trabajador durante su jornada se ha vuelto esencial para la salud y el bienestar de muchas personas.
En circunstancias normales, el tiempo de trabajo máximo diario de un trabajador contratado a jornada completa es de ocho horas y la legislación establece que se tendrá derecho una pausa de, al menos ,15 minutos después de cada periodo de trabajo de seis horas. Sin embargo, esta cifra puede variar dependiendo de diversos factores, como lo que establezca el convenio colectivo aplicable, el tipo de trabajo realizado y las políticas internas de la empresa. De hecho, algunos convenios colectivos o acuerdos de empresa pueden establecer períodos de descanso más largos o pausas adicionales. Hay empresas en las que en función del puesto de trabajo se permite una mayor flexibilidad en la gestión de los tiempos de descanso, ya que dan más importancia al nivel de productividad que a que se cumplan las horas de trabajo requeridas por ley.
El teletrabajo y el desarrollo de las nuevas tecnologías en el ámbito laboral que nos permiten trabajar en casi cualquier lugar con casi cualquier tipo de dispositivo incluido nuestro propio teléfono móvil ha supuesto todo un desafío a la hora de abordar el tiempo de descanso necesario. Hasta tal punto que este asunto fue regulado por la Ley Orgánica 3/2018, de 5 de diciembre, de Protección de Datos Personales y garantía de los derechos digitales que estableció en su artículo 88 que “Los trabajadores y los empleados públicos tendrán derecho a la desconexión digital a fin de garantizar, fuera del tiempo de trabajo legal o convencionalmente establecido, el respeto de su tiempo de descanso, permisos y vacaciones, así como de su intimidad personal y familiar.”
Además de los descansos mínimos diarios, la legislación laboral española también garantiza el derecho a períodos de descanso más prolongados, como el descanso semanal regulado en el artículo 37 del Estatuto de los Trabajadores y que establece que “Los trabajadores tendrán derecho a un descanso mínimo semanal, acumulable por periodos de hasta catorce días, de día y medio ininterrumpido que, como regla general, comprenderá la tarde del sábado o, en su caso, la mañana del lunes y el día completo del domingo.” Aunque esto también puede cambiar en función de lo establecido en los convenios colectivos o acuerdos de empresa, pero en todo caso a mejor, ya que como hemos comentado en otras ocasiones, lo establecido en la normativa convencional nunca puede empeorar las condiciones reguladas en el Estatuto de los Trabajadores.
Otro aspecto importante es el derecho a las vacaciones anuales retribuidas. Según la legislación española, los trabajadores tienen derecho a un mínimo de 30 días naturales de vacaciones pagadas por año de trabajo, lo que equivale a aproximadamente 22 días hábiles, aunque este número puede variar según el convenio colectivo aplicable. Estas vacaciones permiten a los trabajadores desconectar completamente del trabajo y disfrutar
de tiempo libre para relajarse, viajar y pasar tiempo con sus seres queridos, lo que contribuye significativamente a su bienestar físico y mental en general.
Sin embargo, a pesar de estas disposiciones legales el equilibrio entre el trabajo y el descanso sigue siendo todo un reto para muchos trabajadores en España. Además, la cultura laboral española donde se valora más la cantidad de tiempo dedicado al trabajo que los resultados obtenidos o la productividad puede dificultar que los trabajadores se tomen el tiempo de descanso necesario para recargar energías y mantener un equilibrio saludable entre su vida laboral y personal lo que les puede llevar a un agotamiento físico y emocional, así como a problemas de salud relacionados con el estrés y el exceso de trabajo.
En respuesta a estos desafíos muchas empresas están implementando medidas para promover un mayor equilibrio entre el trabajo y el descanso. Esto puede incluir políticas de flexibilidad laboral, programas de apoyo al empleado y la promoción de una cultura empresarial que valore y fomente más la productividad frente al simple hecho de cumplir horas.
Además, los avances tecnológicos están facilitando nuevas formas de trabajar de manera más eficiente y flexible, lo que permite a los trabajadores gestionar su tiempo de manera más efectiva y encontrar un equilibrio que se adapte a sus necesidades personales.
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